La creatividad es una herramienta extraordinaria que incluye tres aspectos principales: es conciencia y voluntad para convertir la imaginación en realidades; es un atributo esencial de la vida misma. Los seres vivos, la humanidad entre ellos, las sociedades y culturas son autopoiéticos; y es un dialogo permanente entre la persona y su contexto social y cultural, en el cual la ética forma parte esencial de las razones y funcionamiento del proceso creativo.
En el caso de la herramienta de pensar creativo, uno de los criterios para iniciarse o mejorar en su aplicación, consiste en creer en el poder de la imaginación, por lo que hay que fomentarla, ejercitarla, prepararse para ella; aceptar que nosotros mismos y el mundo que nos rodea no pueden ser entendidos y transformados solamente apoyados en hechos verificados, a través del pensamiento racional. La creatividad comienza en la capacidad de imaginar formas diferentes en lo que somos, hacemos o tenemos.